36 Pero los hijos de Amrai, los de Medabá, hicieron una salida, se
apoderaron de Juan y de cuanto llevaba y se alejaron con su presa.
37 Después de esto, Jonatán y su hermano Simón, recibieron la
noticia de que los hijos de Amrai celebraban una espléndida boda y traían
de Nabatá, en medio de gran pompa, a la novia, hija de uno de los
principales de Canaán.
38 Recordaron entonces el sangriento fin de su hermano Juan y
subieron a ocultarse al abrigo de la montaña.
39 Al alzar los ojos, vieron que avanzaba en medio de confusa
algazara una numerosa caravana, y que a su encuentro venía el novio,
acompañado de sus amigos y hermanos, con tambores, música y gran
aparato.
40 Salieron entonces de su emboscada y cayeron sobre ellos para
matarlos. Muchos cayeron muertos y los demás huyeron a la montaña. Se
hicieron con todos sus despojos.
41 = La boda acabó en duelo y la música en lamentación. =
42 Una vez tomada venganza de la sangre de su hermano, se
volvieron a las orillas pantanosas del Jordán.
43 Al enterarse Báquides, vino el día de sábado con numerosa tropa a
las riberas del Jordán.
44 Jonatán dijo a su gente: «Levantémonos y luchemos por nuestras
vidas, que hoy no es como ayer y anteayer.
45 Delante de nosotros y detrás, la guerra; por un lado y por otro, las
aguas del Jordán, las marismas, las malezas: no hay lugar a donde retirarse.
46 Levantad, pues, ahora la voz al Cielo para salvaros de las manos
de vuestros enemigos.»
47 Entablado el combate, Jonatán tendió su mano para herir a
Báquides y éste le esquivó echándose atrás,
48 con lo que Jonatán y los suyos pudieron lanzarse al Jordán y ganar
a nado la orilla opuesta. Sus enemigos no atravesaron el
río en su
persecución.
49 Unos mil hombres del ejército de Báquides sucumbieron aquel día.
50 Vuelto a Jerusalén, hizo Báquides levantar ciudades fortificadas en
Judea: la fortaleza de Jericó, Emaús, Bet Jorón, Betel, Tamnatá, Faratón y
Tefón, con altas murallas, puertas y cerrojos
51 y puso en ellas guarniciones que hostilizaran a Israel.
52 Fortificó también la ciudad de Bet Sur, Gázara y la Ciudadela, y
puso en ellas tropas y depósitos de víveres.
53 Tomó como rehenes a los hijos de los principales de la región y
los dejó bajo guardia en la Ciudadela de Jerusalén.
54 El segundo mes del año 153, ordenó Alcimo demoler el muro del
atrio interior del Lugar Santo. Destruía con ello la obra de los
profetas.
Había comenzado la demolición,
55 cuando en aquel tiempo sufrió Alcimo un ataque y su obra quedó
parada. Se le obstruyó la boca y se le quedó paralizada, de suerte que no le
fue posible ya pronunciar palabra ni dar disposiciones en la tocante
a su
casa.